La facilidad de uso preocupa más que el medio ambiente
Los resultados de la encuesta indican que el 87 % de las personas que participaron en ella consideran que la contaminación ligada a los plásticos daña el medio ambiente y que las tapas son parte de este fenómeno. Por otro lado, el 67 % de los consumidores están convencidos de que, si cambian sus propios hábitos de separación y reducción de residuos, pueden contribuir a la mejora del medio ambiente. Es interesante destacar que el 45 % de los encuestados son conscientes de que las tapas sujetas a la botella tienen menos riesgo de perderse, dado que se mantienen unidas a ella y, en consecuencia, tienden menos a ensuciarse o a extraviarse. Solo una minoría de los participantes (26 %) creen que este tipo de cierres contribuirán realmente a disminuir los residuos plásticos.
«Los consumidores tienen una actitud muy práctica frente a los cierres de las botellas. Como podemos observar, están preocupados principalmente por la seguridad y la facilidad de uso del producto: quieren evidencias que les indiquen si la tapa se abrió o no antes de que ellos tomen la bebida y si esa tapa es sencilla de cerrar. Además, el hermetismo del cierre es crucial para evitar derrames innecesarios», explica Simone Pisani, Director Portfolio Value Creation de Sidel. De acuerdo con los resultados, la usabilidad de la tapa en sí, es decir, la sencillez con la que se puede abrir y la facilidad con la que se sirve el producto de la botella o se bebe de ella, son los siguientes factores más importantes. Los últimos criterios en cuanto a las preferencias son el atractivo del cierre, la seguridad para los niños y las posibilidades de reciclaje de botellas y tapas. «Es posible que esta percepción cambie en el futuro, cuando los consumidores sean más conscientes de las ventajas que suponen las tapas sujetas a la botella en términos medioambientales», comenta Simone.
Las preferencias hacia los diferentes tipos de tapas
En la encuesta también se pidió a los consumidores que comparasen diversas tapas de rosca existentes con algunos prototipos de tapas sujetas a la botella —en concreto, tapas a presión o tapas de rosca sujetas al cuello del envase, que se van a introducir en el mercado de la UE— y también con diversas tapas deportivas existentes. Los resultados del estudio demuestran que ninguna solución satisface todas las necesidades: la impresión inicial de los consumidores acerca de las tapas a presión fue que su diseño era bastante extraño; de hecho, se sintieron sorprendidos en su primer contacto con ellas. Sin embargo, una vez que se acostumbraron, valoraron la extraordinaria sencillez con la que pueden retirarse empleando una sola mano. En cuanto a las tapas de rosca sujetas al cuello de la botella, consideraron que molestaban en los labios y la nariz mientras se bebía. Sobre las tapas deportivas, señalaron que pueden ser complicadas de abrir y que su diseño hace que sea necesariamente difícil servir el producto en una taza o en un vaso.
«Sin embargo, los consumidores muestran una mayor intención de compra en el caso de las tapas de rosca sujetas a la botella, las tapas a presión y las tapas deportivas que en el de las tapas de rosca existentes, dado que aquellas son tan sencillas y cómodas de abrir como las soluciones actuales. Las tapas a presión se valoran especialmente porque pueden retirarse con una sola mano», agrega Simone Pisani. Además, se las considera un avance en materia medioambiental. Pero, en último extremo, lo que aprecian enormemente los consumidores es que las tapas sujetas a la botella se quedan unidas a esta, los que las mantiene más limpias y reduce las posibilidades de que se pierdan.
Un futuro más sostenible
Como se señaló antes, en 2019 la Unión Europea aprobó una Directiva sobre los plásticos de un solo uso con el objetivo de reducir el volumen y el impacto sobre el medio ambiente de determinados productos de plástico, así como promover la transición hacia una economía circular dentro de la UE. Esta Directiva fija una serie de objetivos claros con el fin de que se empleen de forma obligatoria las tapas sujetas a las botellas en el caso de todos los envases de bebidas de hasta 3 l para 2024, se incluya un contenido de al menos un 25 % de rPET en los envases de plástico y se alcance un índice de recolección del 77 % en el caso de todos los envases de bebidas de plástico de un solo uso para 2025. El concepto de economía circular no es solo una iniciativa de la Unión Europea: también forma parte de un movimiento mundial que avanza en esta dirección. Ahora corresponde a las empresas convertir las normativas en oportunidades de negocio.